El Freelander 2 TD4_e es tan sólo un elemento más de la extensa hoja de ruta de tecnologías ecológicas que se ha marcado Land Rover y que impulsará a la marca a conseguir niveles de emisiones cada vez más bajos y tecnologías más sostenibles en los años venideros. Esto representa una parte esencial de los 700 millones de libras esterlinas invertidos por Jaguar y Land Rover en tecnologías sostenibles.
Actualmente, los ingenieros de Land Rover están desarrollando una serie de tecnologías avanzadas para sistemas de propulsión y estructuras ligeras destinadas a reducir las emisiones de CO2 hasta unos niveles que conviertan a esta marca en el líder del sector. Por supuesto, esto no significa en modo alguno tener que sacrificar los valores fundamentales de Land Rover, sino que, por el contrario, las admiradas prestaciones todoterreno de sus vehículos podrían de hecho verse mejoradas en el futuro utilizando algunas de las nuevas y prometedoras tecnologías de grupos motrices, como el sistema de tracción trasera eléctrica (ERAD), presentado en el Salón de Londres recientemente.
El ambicioso programa de la marca dirigido a encontrar nuevas soluciones para reducir las emisiones de CO2 está pensado a muy largo plazo. Por ejemplo, Land Rover está desarrollando tecnologías híbridas y otras tecnologías ecológicas para el futuro en colaboración con el Consejo de Estrategia Tecnológica del gobierno británico (TSB).
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