Probablemente a un potencial comprador de un Rolls-Royce no le interesen mucho las emisiones ni los consumos de un coche. Tampoco le interesará el ruido de rodadura cuando conduzca un Rolls, porque éste estará extraordinariamente aislado. Es más, seguramente tenga chófer en lugar de conducirlo él mismo. Pero esto no quita que el CEO de Rolls-Royce, Tom Purver, quiera introducir un Phantom completamente eléctrico en la gama de la firma inglesa.
El entusiasmo de Purves por un coche de este tipo se debe a lo que sintió cuando condujo un Mini eléctrico. La constante entrega de potencia desde el primer instante y el absoluto silencio del vehículo, sólo distorsionado por el ruido de rodadura, le han enamorado. Aunque quizá la mejor excusa para crear un modelo así sea la drástica disminución de las emisiones medias de CO2 que supondría introducir un Phantom eléctrico en la gama, ya que tiene emisiones nulas.
Y, al hilo de las emisiones, podría garantizarse la presencia de estos enormes coches en el centro de las principales ciudades europeas. Hay que recordar que Londres, grava de manera importante a los vehículos más contaminantes y diversas ciudades europeas prentenden extender este hecho a sus calles. O podrían llegar incluso a prohibirlos.
Purves calcula que en poco más de dos años la tecnología necesaria para crear un Phantom eléctrico podría estar lista, por lo que en 2011 0 2012 podríamos verlo en nuestras carreteras si el proyecto se pone en marcha.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario