lunes, 10 de marzo de 2008

¿La vida privada de los CEOs se plasma en la realidad de la empresa?

Afirman que un buen estado de ánimo es clave para mantener el crecimiento. Si un CEO padece la muerte de su suegra, la rentabilidad de la empresa crece…
Una de las características de la sociedad estadounidense es el individualismo. Por eso, es habitual que se ligue el éxito o el fracaso de una empresa a los CEOs (consejeros delegados). Varios estudios recientes recogidos por el Wall Street Journal unen el rendimiento de la empresa con variables de aspectos muy distintos de su vida personal. Tres profesores de economía han descubierto, en un estudio realizado sobre datos del gobierno de Dinamarca, ciertas tendencias entre las muertes en los entornos de los CEOs y la rentabilidad de la empresa. Por ejemplo, la rentabilidad de la empresa cae de media un 15% si muere un cónyuge. Y aunque parezca mentira y suene casi a chiste, si la que muere es la suegra, la rentabilidad de la empresa crece, aunque sólo sea levemente, al menos se puede sacar la conclusión de que la ausencia de la suegra no distrae a los directivos. Pero otros aspectos personales pueden ayudar a adivinar el devenir de la empresa. Por ejemplo, otro estudio sugiere que las acciones de las compañías dirigidas por gente que se compra mansiones lo hacen mucho peor que el mercado. El ego, contra los directivosAunque no se dan razones para esto, se puede inferir que quizás estén más pendientes de su propia vida que de preocuparse por la empresa que dirigen.En esa línea de ensimismamiento se mueven otros trabajos, como por ejemplo otro que encuentra una correlación entre la caída de los beneficios y de las acciones de las compañías cuyos ejecutivos reciben premios de la prensa económica. De nuevo podría sugerir que el ego se vuelve en contra de los directivos.Medir el grado de narcisismoDos profesores de la universidad de Penn State han ido más lejos y han tratado de medir el grado de narcisismo de los CEOs de las compañías tecnológicas. Buscaban aspectos como la frecuencia en la que usaban la primera persona en las entrevistas o el tamaño de sus propias fotos. La conclusión es que los más ´narcisos´ tendían a tomar mayores riesgos, llevando a la inestabilidad a las compañías. Estudios polémicosEste tipo de estudio está generando un debate por sus implicaciones en cuanto a la privacidad de las personas. Algunos inversores mantienen que aplauden este tipo de información siempre que no sea demasiado invasiva. Pero al menos parece lógico que un inversor pueda tener en cuenta si un consejero delegado está gastando millones de dólares en mansiones o yates, como un signo de que quizá no es la persona más adecuada para ocuparse de su dinero, ya que podría estar más dedicado a maximizar su riqueza, y no la de sus inversores o a pavonearse de lo que tiene. Si bien son comportamientos humanos y comprensibles, quizás no sean el tipo de cosas que busca un accionista en un gestor.

Fuente: eleconomista.es

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